Con la llegada del nuevo curso escolar los menores de primaria y secundaria someten su visión a un elevado número de tareas, como leer y estudiar, además de jugar con videojuegos o hacer un uso excesivo de móviles, haciendo que sus ojos trabajen a pleno rendimiento durante toda la jornada, a veces, con mayor demanda de recursos visuales de los que están preparados.
Cuando esto se produce y si, además, existe alguna anomalía visual refractiva como la miopía, hipermetropía o astigmatismo o problemas de visión binocular como la fijación u acomodación, que no han sido detectadas ni compensadas, pueden aparecer problemas de rendimiento, astenopías y bajo desarrollo lectivo.
Es necesario que los padres, madres, tutores o profesores identifiquen y detecten diversos patrones que indican que los menores puedan sufrir alteraciones visuales, para poder compensarlas a tiempo y evitar así futuras consecuencias negativas en la visión.
A continuación, agrupamos diez signos que pueden advertir la existencia de algún problema de visión en la infancia y adolescencia:
1) Visión borrosa
- Se queja de problemas para ver bien lo que se escribe o proyecta en la pizarra o en la televisión.
- Cuando realiza actividades de cerca ve doble o borroso ocasionalmente.
2) Alineación ocular
- Desvía un ojo y/o se queja de visión doble constante o intermitente
- Se tapa o guiña un ojo ocasionalmente para poder ver mejor con el otro.
- Malestar, mareos o visión doble al ver una proyección 3D.
3) Dolor
- Dolores de cabeza frontales, náuseas o mareos por la tarde o después de realizar una tarea de cerca.
4) Muecas
- Cejas fruncidas, parpadeo excesivo u otras deformaciones faciales cuando lee.
5) Mala lectura
- Falta o baja comprensión de la lectura para su edad.
- Vocalización en voz baja durante la lectura, constatada por el movimiento de los labios.
- El niño al leer sigue el texto con el dedo, mueve mucho la cabeza o la tuerce.
- Omite o añade palabras al leer y/o se salta de renglón.
6) Bajo rendimiento
- Falta de interés por la lectura o pérdida del hilo de la lectura.
- Giros extraños de las palabras y dificultad para recordar lo que ha leído.
7) Fotofobia
- Sensibilidad exagerada a la luz.
8) Irritaciones
- Parpadeo y/o lagrimeo excesivo, ojos rojos o hinchados y frotamientos frecuentes de los ojos.
- Fatiga constante, nerviosismo o irritabilidad después de una tarea de cerca.
9) Posturas anormales
- Inclina, gira o ladea la cabeza o la espalda al fijar la vista en alguna actividad.
- Se acerca mucho al libro, móvil, tablets, ordenador y/o TV.
- Se observa una rigidez corporal cuando quiere mirar los objetos de lejos.
10) Motricidad
- Pasos falsos y caídas frecuentes o avanza la cabeza para ver mejor.
- Baja coordinación ojos-mano (p.e. dificultad al atrapar una pelota)
Esta es solo una pequeña lista de los síntomas más comunes que pueden ayudar a detectar problemas de visión durante las primeras etapas en niños y adolescentes. Ante la presencia de estas u otras anomalías, es fundamental acudir a una revisión visual con el óptico-optometrista, con el fin de identificar estos problemas y frenar su posible evolución.
Jorge L. Maguilla Aguilar
Óptico-Optometrista
Colegiado COOOA 3.337