Efectos secundarios de los medicamentos sobre la visión


El ojo es una parte de nuestro cuerpo especialmente sensible a la acción de medicamentos, debido a su rica vascularización. Es por ello que dicha zona es más propensa a presentar trastornos asociados a la administración de fármacos, ya sea por vía sistémica, tópica o local.

En la mayoría de ocasiones, estas reacciones adversas son leves y desaparecen cuando se interrumpe el tratamiento. Sin embargo, hay ocasiones en los que el propio organismo no tolera un determinado componente, provocando reacciones que pueden llegar a ser acumulativas e irreversibles.

Los fármacos más utilizados de cada uno de los grupos que combaten las patologías más comunes en nuestra sociedad (infecciones, inflamaciones, neoplasias, antidepresivos, anticonceptivos, cardiacos, antiepilépticos, etc.) pueden interactuar con las estructuras oculares.

Los efectos causados y su gravedad varían en función de factores tales como la cantidad de fármaco administrada, naturaleza del mismo, la cantidad de fármaco administrada, naturaleza del mismo, la vía de administración, alergias del paciente o a la idiosincrasia individual, entre otros factores.

Cuanto esto ocurre, el profesional óptico-optometrista debe analizar los posibles efectos visuales y oculares causados y considerar una serie de factores que pueden incrementar los efectos del medicamento, como los tratamientos de larga duración, la edad, las altas dosis, las alteraciones presentes en el sistema digestivo, hepático o renal, además de los factores genéticos, entre otros. En este sentido, en la anamnesis goza de vital importancia el estado de salud y medicación farmacológica de la persona sobre la que se va a realizar el examen visual.