La mayoría de la población sabe que resulta fundamental utilizar gafas de sol homologadas de calidad para proteger nuestros ojos de la radiación nociva solar de manera adecuada.
Sin embargo, en general se desconoce que en el caso de niños y adolescentes esta necesidad es mucho mayor, ya que los ojos en las edades más tempranas son mucho más vulnerables en comparación con los del adulto, ya están aún en proceso de formación, la pupila permanece más dilatada y la pigmentación del ojo no está completada por lo que la radiación UV solar es mucho más dañina.
Si no seguimos las recomendaciones de los expertos profesionales sanitarios de la visión en la protección ocular de nuestros hijos e hijas, estamos exponiendo a los niños y adolescentes a que puedan sufrir a corto plazo problemas visuales y a largo plazo otros que pueden resultar más graves como cataratas prematuras o lesiones degenerativas en la retina por la acumulación de radiación UV nociva.
A continuación puedes descubrir un decálogo de aspectos claves a tener en cuenta, consejos y medidas para evitar o reducir la aparición de este tipo de problemas relacionados con la incidencia del sol en los ojos de los más pequeños. ¡Ponlos en práctica e informa a tus hijos y familiares!
- Es esencial utilizar frecuentemente gafas de sol homologadas que bloqueen la radiación ultravioleta y adquirirlas a través de canales especializados, como es el caso de los establecimientos sanitarios de óptica con su debido control y asesoramiento profesional del óptico-optometrista.
- Las gafas de sol infantiles deben estar realizadas preferentemente en materiales blandos, estables y sin aristas, con el objetivo de prevenir accidentes.
- Los lentes filtrantes de las gafas de sol deben tener unas características determinadas: una buena calidad visual, poseer el marcado CE, que sus lentes sean resistentes, que filtren la radiación UV nociva, ser ópticamente neutras, que no provoquen distorsiones y que no afecten a la visión de los colores tal y como se muestran en la realidad.
- Si los niños o adolescentes usan gafas graduadas, las gafas de sol también deben serlo, para que no pierdan capacidad visual. También es posible utilizarlas en combinación con lentes de contacto, que serían las encargadas de ofrecerles esa compensación del error refractivo que posea.
- Se debe evitar adquirir las gafas de sol, sobre todo en niños y adolescentes en mercadillos, bazares, ciertos portales online u otros canales online de venta de baja calidad o sin garantías.
- Antes que utilizar unas gafas de sol de baja calidad, es mejor no utilizar ninguna protección ocular. Con unas gafas que no protejan adecuadamente de los rayos nocivos la pupila se dilata en mayor medida y hace que traspase al ojo mucha más radiación UV.
- Evita la exposición solar continua en las horas centrales del día, donde se produce una mayor incidencia de los rayos nocivos del sol, entre las 13:00 y las 16:00 horas de la tarde.
- Se debe utilizar las gafas de sol no solo en verano y en playas o piscinas, sino también el resto del año, al aire libre y en patios de la escuela, por ejemplo, incluso cuando el día está nublado, ya que las nubes actúan como prisma y los rayos UV se propagan de manera más difusa.
- Las gorras, viseras y sombrillas permiten filtrar generalmente solo alrededor de un 30%-35% de radiación solar. Utiliza gafas de sol también con estos artículos cuando estés al aire libre, playas o piscinas.
- El consejo profesional del óptico-optometrista es la mejor garantía de conseguir un producto adecuado y eficaz en la protección ocular solar. Además, se asegurará que las gafas les queden bien ajustadas, sean seguras y estén cómodos con ellas.
Jorge L. Maguilla Aguilar
Óptico-Optometrista
Colegiado COOOA 3.337