Lentes de contacto blandas


Las lentes de contacto más populares son las blandas. Las lentes hidrofílicas o blandas fueron introducidas en 1961 por Otto Wichterle tras varios años de investigación, ya que el monómero HEMA fue sintetizado en 1954 con fines terapéuticos. Este tipo de lentes ofrecen gran comodidad en el porte, motivo por el cual se han convertido en pocos años en el tipo de lentes de contacto más empleadas. Son cómodas, se adaptan al ojo rápida y adecuadamente y pueden desecharse y reemplazarse después de un intervalo de tiempo marcado por el fabricante y por el óptico-optometrista. Generalmente, basándonos en el tipo de reemplazo que necesitan, se clasifican en: diarias, semanales, mensuales, trimestrales y anuales.

Recientemente han alcanzado un nivel de sofisticación tal que permite su uso y manejo de una forma masiva por los pacientes con diferentes ametropías y condiciones oculares, dada la gran cantidad de variantes que existen referentes a materiales, geometrías, diseños, reemplazos, estructuras, sistemas de fabricación, hidratación y aporte de oxígeno.

Si las clasificamos según el tipo de ametropía a compensar se pueden clasificar en: esféricas, tóricas, multifocales, terapéuticas, cosméticas y las combinaciones entre ellas. Teniendo en cuenta el aporte de oxígeno se clasifican como lentes de baja, media y alta permeabilidad.

Es muy importante la realización de un estudio clínico y la adaptación de las lentes de contacto blandas por parte del óptico-optometrista para seleccionar la lente ideal para cada paciente, al igual que las revisiones periódicas para diagnosticar y evitar cualquier alteración ocular y visual que pudiera producirse.