Cuando en la adolescencia aumentan las demandas visuales por el aumento progresivo del nivel de estudios y la mayor actividad de ocio con dispositivos digitales se hace indispensable tener una adecuada visión.
La ‘visión’ es la capacidad que tenemos para procesar la información del entorno, obtener un significado y comprender lo que vemos y está totalmente ligada al aprendizaje. Esto implica que en estas edades se deben vigilar especialmente
- Las ametropías o errores refractivos
- Las disfunciones de acomodación
- Las disfunciones de binocularidad
Ametropías o errores refractivos en la adolescencia
La principal y más común causa de discapacidad visual en el adolescente es la aparición o el desarrollo de leves errores refractivos no corregidos. Estos errores se manifiestan principalmente en cuatro vertientes: miopía (visión borrosa de lejos), hipermetropía (borrosidad o dificultad en visión cercana), astigmatismo (distorsión de las imágenes) y anisometropía (diferente estado refractivo entre los dos ojos).
Durante esta etapa suelen aparecer miopías bajas (con un máximo de 3 dioptrías) que suelen estancarse entre los 18 y 24 años. Estas miopías suelen estar relacionadas con el crecimiento axial del ojo debido al desarrollo corporal, el exceso de actividades visuales a muy corta distancia y la falta de actividades al aire libre.
- Una vez que la miopía hace acto de presencia, es difícil controlar su evolución. Por ello es muy importante la detección precoz de esta disfunción por parte del óptico-optometrista, con el fin de llevar a cabo una evaluación del paciente, prescribir los medios para su compensación y/o contención y evitar que su visión se vea perjudicada.
Es en estas edades también cuando se pueden poner de manifiesto hipermetropías leves no detectadas con anterioridad. El paciente hipermétrope leve presenta una buena agudeza visual tanto lejana como cercana, pero debe realizar un sobresfuerzo inconsciente de enfoque mayor del normal en tareas prolongadas de cerca para percibir las imágenes correctamente.
- Suele manifestarse en problemas de rendimiento académico, rechazo a la lectura, fatiga visual, borrosidad intermitente al leer, lagrimeo u ojos rojos. Es también importante un diagnóstico temprano para evitar astenopias y bajo rendimiento o fracaso escolar.
El astigmatismo es un problema refractivo muy frecuente entre la población y suele estar presente ligado a otros defectos como la miopía o la hipermetropía.
- Esta alteración viene dada por una deformación congénita en la curvatura de los medios oculares lo que ocasiona una visión alterada de la forma de los objetos que observamos, provocando una disminución de la agudeza visual y visión borrosa. Suele manifestarse con cefaleas frontales frecuentes, fatiga visual o entrecerrar los ojos para ver.
La anisometropía es un defecto visual en la que el estado refractivo de los dos ojos difiere entre sí. No siempre es significativa, teniendo relevancia cuando existe una diferencia igual o mayor a 1D de diferencia en la refracción y especialmente importante cuando difieren 3 o más dioptrías.
- Son muy importantes las revisiones periódicas y la detección precoz de esta disfunción para evitar problemas de ojo vago permanente.
Disfunciones de acomodación en la adolescencia
La acomodación es la capacidad para enfocar los ojos rápida y automáticamente, con independencia de la distancia a la que se encuentre el trabajo. Esta disposición resulta fundamental para realizar actividades que requieren una visión cercana nítida y cómoda en actividades escolares como el estudio o la lectura.
Las disfunciones o alteraciones acomodativas no son fácilmente detectables ya que no están ligados a problemas de agudeza visual (visión borrosa) por lo que al detectar los síntomas asociados es importante acudir a tu óptico-optometrista.
Las alteraciones o problemas acomodativos, en la adolescencia se pueden clasificar en:
- Insuficiencia acomodativa.
- Exceso acomodativo.
- Inflexibilidad acomodativa: dificultad para enfocar de lejos a cerca y viceversa.
Y los síntomas suelen ser:
- Realiza las actividades demasiado cerca.
- Visión borrosa ocasional o mantenida en visión próxima o al realizar cambios rápidos de lejos a cerca o viceversa.
- Ojos enrojecidos o cansados después de realizar el trabajo.
- Dolores de cabeza cuando lee o escribe.
- Parpadea excesivamente.
- Fatiga visual y/o abandono de la tarea.
Disfunciones de binocularidad en la adolescencia
Se conoce así a las alteraciones que se producen en la coordinación de los ojos a la hora de mantener la fijación en un punto determinado, evidente sobre todo en actividades en las que predominan la visión cercana como la lectura o el trabajo con ordenadores y dispositivos digitales, entre otros.
Existe un problema binocular no estrábico cuando se mantiene la visión binocular con fusión (asociación de las imágenes oculares) pero con un esfuerzo que produce una sintomatología adversa. Es decir, sin poseer estrabismo se puede tener un problema para coordinar los dos ojos a la vez; esto requiere un sobresfuerzo que puede dar lugar a molestias visuales y bajo rendimiento académico que debe ser analizado por el óptico-optometrista.
El problema de este tipo más frecuente entre la población adolescente es la insuficiencia de convergencia, consistente en la incapacidad para mantener los dos ojos trabajando juntos cuando se enfoca sobre una distancia cercana. Cuando la disfunción aparece en la visión lejana, se produce un exceso de divergencia.
Y los síntomas suelen ser:
- Posturas corporales anómalas.
- Realiza las actividades demasiado cerca.
- Gira la cabeza para evitar la diplopía.
- Cierra un ojo o se lo tapa.
- Acusa diplopía o visión doble ocasionalmente.
- Pobre comprensión lectora.