Según estudios recientes, al 40% de los conductores no les resulta seguro conducir de noche, debido a la pérdida o disminución de su capacidad visual. En condiciones de visibilidad reducida, solo el 25% de conductores se siente cómodo. Entre los motivos de inseguridad más frecuentes se encuentran la pérdida de capacidad visual en zonas poco iluminadas, menor contraste, mayor deslumbramiento y visibilidad borrosa.
Los accidentes con víctimas, tanto urbanas como interurbanas, son muy superiores en pleno día (72%) a los que se producen durante el crepúsculo o durante la noche. En horas de baja luminosidad, solo se producen el 28% de los siniestros. Es más, los accidentes con víctimas por la noche en vías urbanas suficientemente iluminadas doblan a los accidentes con víctimas en vías interurbanas sin iluminación.
No obstante, los accidentes nocturnos son elevados pese a que la frecuencia del tráfico es bastante menor en comparación con otras franjas horarias. Además de factores como el deslumbramiento o la fatiga visual, durante la conducción nocturna se produce también una importante disminución de la agudeza visual y de capacidad de discriminación, más marcada en las personas mayores de 55 años.
De hecho, de noche, la agudeza visual del conductor se reduce hasta en un 70% y el sentido de la profundidad es hasta 7 veces menos eficaz. Un conductor con un 50% de agudeza visual requerirá entre 5 y 100 veces más iluminación para detectar un objeto de noche que un conductor con una agudeza del 100%.
A esto se une la conocida miopía nocturna. De noche y con muy baja iluminación funciona más la retina periférica que la retina central debido a la dilatación de las pupilas por lo que todos los conductores sufrimos puntualmente unos pequeños cambios refractivos de -0,75 dioptrías en adelante.
Estos problemas pueden agravarse si el conductor posee:
- Deficiencias visuales como la miopía, astigmatismo o hipermetropía.
- Patologías oculares crónicas asociadas como cataratas, glaucoma o retinopatías.
- Patologías oculares leves como conjuntivitis, queratitis u ojo seco.
Por esto insistimos en la necesidad de acudir a las revisiones visuales con el óptico-optometrista ya que un buen estado visual garantiza un menor riesgo en la carretera.