Gafas de sol y cataratas


cataratas La fuerte incidencia de los rayos del sol en los meses de verano puede favorecer la aparición de patologías visuales y oculares si no se adoptan las medidas de protección adecuadas. Un ejemplo de esto puede ser las cataratas. El cristalino absorbe longitudes de onda UV entre los 295 y los 400nm por lo que la exposición crónica a esta radiación está asociada al envejecimiento del mismo y a la formación y desarrollo de cataratas.

Se trata de un problema que afecta al 40% de personas mayores de 60 años provocado por las radiaciones ultravioletas, siendo la principal causa de pérdida de visión entre personas de edad avanzada.

Visión doble, borrosa u opaca, sensación de neblina constante y percepción errónea de los colores son algunos de los síntomas que presentan los usuarios afectados de cataratas. Si no se utilizan sistemas de absorción lumínica adecuados estos problemas podrían agravarse en medio/largo plazo, provocando la pérdida parcial o total de la capacidad de visión.

Para evitar este tipo de adversidades, adquiere vital importancia la utilización de gafas de sol de calidad y homologadas, que puedan absorber el 100% de la radiación solar dañina (ultravioleta y/o infrarroja). Estos productos deben ser adquiridos en establecimientos sanitarios de óptica, con el fin de obtener la garantía de que las gafas han pasado los controles adecuados, además de recibir una atención personalizada por parte del óptico-optometrista.

Esta es la única forma de que la salud visual y ocular no se resienta.