Patologías que producen ‘BAJA VISIÓN’ y sus efectos


La población con ‘BAJA VISIÓN’ es fundamentalmente mayor de 55 años, con más prevalencia en las mujeres (60%) y que padecen alguna patología ocular que ocasione una pérdida de AV o de campo visual.

Con esto podemos clasificar las enfermedades más frecuentes que ocasionan que un paciente sea considerado de ‘BAJA VISIÓN’, según las características del campo y de la pérdida visual:

Visión borrosa con pérdida de campo. En este grupo podemos incluir enfermedades tales como queratocono, aniridia, nistagmo, albinismo, etc.

Pérdida de campo central. En este grupo incluiremos DMAE, neuropatía óptica isquémica, edema macular diabético, edema macular quístico, etc.

Pérdida de campo periférico. En el que incluiremos enfermedades tales como la retinitis pigmentaria, glaucoma, retinopatía diabética, esclerosis múltiple, etc.

Fuera de esta clasificación, podemos decir que la enfermedad de mayor incidencia en las consultas de ‘BAJA VISIÓN’ es la DMAE, con un 22%, seguido de la retinopatía diabética con un 15%, el glaucoma con un 5%, la retinosis pigmentaria con un 4% y maculopatías diversas 2%.

DMAE

La DMAE o Degeneración Macular Asociada a la Edad es una enfermedad degenerativa de la zona central de la retina, o mácula, que provoca un deterioro progresivo de las células y del epitelio pigmentario de la retina. Como consecuencia, se produce una pérdida en la zona de visión central.

Comúnmente se determinan dos tipologías:

  • La DMAE seca. Afecta al 80% de los pacientes y se caracteriza por una evolución lenta y progresiva. Los depósitos que se acumulan en la zona van atrofiando la mácula y hacen que el paciente pierda lentamente la visión central de su campo visual. (DMAE atrófica).
  • La DMAE húmeda. Se caracteriza por el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos de paredes muy delgadas, que acaban filtrando fluidos y sangre a la mácula. La pérdida de visión es rápida. (DMAE neovascular).

Clínicamente se clasifican según la gravedad:

  • DMAE precoz: con presencia de drusas medianas y ausencia de alteraciones pigmentarias relacionadas.
  • DMAE intermedia: con drusas grandes  y/ o cualquier alteración pigmentaria relacionada.
  • DMAE avanzada: DMAE neovascular o cualquier atrofia geográfica.

La degeneración macular daña la visión central necesaria para ver objetos claramente y para realizar las tareas más comunes, tales como leer, escribir, comer, cocinar o realizar otras tareas cotidianas. Al mirar a una persona, los afectados no reconocen la cara, pero pueden caminar sin tropezar y mantener una cierta autonomía.

La enfermedad suele empezar en un ojo, aunque puede acabar afectando a los dos. Por esta razón, el paciente no se da cuenta del problema visual a no ser que, de forma fortuita, se tape el ojo sano y empiece a ver las imágenes distorsionadas con el ojo afectado. Un diagnóstico a tiempo puede reducir las consecuencias, aprovechar al máximo la función visual y evitar que el paciente pierda la totalidad de la visión.

Es muy importante la prevención, por lo que es imprescindible una visita oftalmológica para un estudio de fondo de ojo si es usted una persona mayor de 50 años, con una buena agudeza visual (AV) y empieza a notar en algún ojo:

  • Disminución de la AV progresiva o súbita que no mejora con su corrección óptica.
  • Presencia de metamorfopsias (deformaciones o distorsiones de la imagen).
  • Dificultad en actividades diarias como bajar escaleras, reconocer gente, leer, ver la televisión, etc.

Los pacientes con DMAE deben corregir los factores de riesgo, en especial abandonar el tabaco y mejorar la dieta. También es importante complementar el tratamiento con antioxidantes (vitamina E, vitamina C, luteína y zeaxantina, zinc y cobre) avalado por numerosos estudios, así como los ácidos grasos omega 3 (EPA y DHA). En estados avanzados se intenta controlar la enfermedad con fármacos intravítreos antiangiogénicos.

 

Retinopatía Diabética

Es la enfermedad vascular más frecuente de la retina. Se origina por el daño producido en los vasos retinianos a causa de la descompensación metabólica de la diabetes conllevando una pérdida progresiva de visión.

Es un problema que se desarrolla poco a poco sin producir síntomas, y cuando estos aparecen el tratamiento es más complejo. Con el mantenimiento de elevados niveles de glucemia, las paredes de los vasos retinianos se alteran y se vuelven más permeables, dejando pasar fluido al espacio extracelular. En casos más avanzados se produce una proliferación de vasos sanguíneos anómalos que originan hemorragias.

Los diabéticos saben, o deberían saber, lo importante que es hacer un seguimiento de su salud ocular para detectar lo antes posible cualquier tipo de problema.

La retinopatía puede afectar a la mácula (zona central de la retina responsable de la visión de detalle) o a su periferia. Según la zona afectada y el grado de desarrollo de la enfermedad, los especialistas disponen de diferentes opciones de tratamiento, como la fotocoagulación con láser, las inyecciones intravítreas o la cirugía (vitrectomía).

El daño que produce la Retinopatía Diabética en nuestra visión es grande y la Rehabilitación de ‘BAJA VISIÓN’ es siempre necesaria.

Glaucoma

El glaucoma engloba un grupo de afecciones que provocan un daño progresivo del nervio óptico. Con la edad, su incidencia crece y el campo visual va disminuyendo, perdiendo la visión lateral y provocando una visión ‘en túnel’. Si no se trata a tiempo, se puede perder la visión por completo.

El riesgo de caídas de los pacientes con glaucoma es cuatro veces mayor al de una persona con una visión saludable.

El glaucoma provoca una creciente pérdida de fibras nerviosas, formando un hueco en el interior de este nervio. De no tratarse la enfermedad, en cuanto se queda sin fibras nerviosas, el paciente pierde completamente la visión. Generalmente, este proceso ocurre porque el paciente tiene dificultades para que el humor acuoso (líquido transparente interior del ojo) sea drenado adecuadamente. Como consecuencia, se produce un aumento de la presión intraocular y un daño en el nervio óptico.

El paciente con glaucoma siente que su campo visual se estrecha. Las personas que sufren de glaucoma no presentan síntomas o dolor en las etapas tempranas. Son especialmente incomprendidos los pacientes con defectos de campo visual, la llamada ‘visión en túnel’, que lleva a una persona a necesitar ayuda para orientarse y caminar, pero puede leer el periódico o mirar su teléfono.

Hay diferentes clases de glaucoma y, en muchos casos, es hereditario: si hay antecedentes de glaucoma en la familia cercana, las opciones de padecerlo aumentan sustancialmente. Si no se hacen revisiones periódicas, se puede perder hasta el 40% de la visión antes de detectar la enfermedad. La visión que se pierde debido al glaucoma no puede recuperarse.

Imagen de visión con glaucoma