Drogas, visión y adolescencia


Los adolescentes son uno de los grupos más vulnerables ante el consumo de drogas y estupefacientes. Existen muchos tipos de drogas, legales e ilegales, que son más o menos accesibles para los adolescentes y cuyo consumo puede perjudicar gravemente su salud.

Básicamente la OMS las clasifica en tres grandes grupos: estimulantes, depresores y alucinógenos.

  • Son estimulantes las anfetaminas, la cocaína, el éxtasis y las metilxantinas (cafeína, teofilina y otros). Estas drogas alteran el estado mental y estimulan el cerebro y el sistema nervioso central. El efecto que producen es el de aumentar y acelerar la actividad funcional.
  • Los depresores son los tranquilizantes (benzodiacepinas), los hipnóticos (barbitúricos y alcoholes), los analgésicos narcóticos (codeína, heroína y otros), los anestésicos (cloroformo y otros) y los disolventes inhalantes (acetona, tolueno y otros). Estas sustancias inducen al sueño y a relajar el sistema nervioso y deprimen o disminuyen la actividad corporal.
  • Dentro del grupo de los alucinógenos podemos incluir al LSD, la mezcalina, el PCP, y los cannabis: hachís, aceite de hash y marihuana. Estas drogas provocan en el individuo una alienación pasajera de la actividad psíquica, con distorsiones perceptuales y desplazamiento de la imaginación. Producen delirios, alucinaciones y estados de confusión y despersonalización.

Los datos de iniciación de los adolescentes en el consumo de drogas y estupefacientes son preocupantes y suelen ser desconocidos por la población y los padres, madres o tutores. Según la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2018-2019) realizada a estudiantes de 14 a 18 años:

  • La edad media de inicio al consumo de hipnosedantes (con o sin receta) o de bebidas alcohólicas está entre los 13,7 a 14,0 años.
  • La edad media de inicio al consumo de tabaco, GHB (éxtasis líquido), heroína, inhalables, esteroides y cannabis está entre los 14,1 y 14,9 años.
  • La edad media de inicio al consumo de cocaína, anfetaminas y éxtasis está entre los 15,0 y 15,4 años.

Asimismo, actualmente las drogas más consumidas por nuestros hijos e hijas adolescentes son (por orden prevalencia de consumo en los doce últimos meses) el alcohol (75,9%), el tabaco (35,0%), los derivados del cannabis (marihuana y hachís) (27,5%), los hipnosedantes (12,5%), la cocaína (2,4%) y las drogas de síntesis (1,9%) (ESTUDES 2018-19).

 

Veamos los daños que provocan en la salud y en la visión las más frecuentes:

 

Alcohol

Se trata de la droga más consumida. Se clasifica en dos grupos: bebidas fermentadas (cerveza, sidra, vino) y destiladas (vodka, ginebra, ron). Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional.

Aunque el alcohol afecta a muchas partes del organismo (aparato digestivo, cerebro, aparato reproductor, etcétera), sin duda la que puede resultar más afectada es el hígado, pudiendo llegar a desarrollarse patologías graves como la cirrosis hepática.

Como efectos visuales inmediatos, beber alcohol empeora principalmente la visión nocturna. Según un estudio -llevado a cabo por la Universidad de Granada– el etanol del alcohol reduce la calidad óptica de las imágenes que vemos porque deteriora la película de lágrima que recubre la superficie del ojo. Los resultados también muestran que incrementa la percepción de halos, así como otras alteraciones visuales.

A largo plazo, en casos de ingesta crónica de alcohol, provoca una carencia de vitaminas importantes para la visión: B1, B2, B3, B6 y B12 pudiendo generar una pérdida de la visión central de forma progresiva (escotoma), daños al nervio óptico, pérdida lenta y progresiva de la visión binocular y otros daños.

Tabaco

El tabaco es otra droga legal y comerciada, aunque su venta está prohibida a los menores de edad. El hábito de fumar perjudica a casi todos los órganos del cuerpo.

Entre las enfermedades relacionadas con el tabaco destacan la Bronquitis crónica, Enfisema pulmonar, Hipertensión arterial, Enfermedad coronaria, Úlcera gastrointestinal, Gastritis crónica, Impotencia sexual en el hombre y osteoporosis en la mujer.

Cada año mueren más de 5 millones de personas en el mundo a causa del tabaquismo. Se estima que la mitad de los fumadores muere de una enfermedad relacionada al consumo de tabaco y que viven en promedio 10-15 años menos que los no fumadores.

Las causas de muerte más importantes relacionadas con el consumo de tabaco son las enfermedades del corazón, cáncer de pulmón, bucofaríngeo o renal y enfermedades respiratorias. Es importante destacar que:

  • El consumo de tabaco comienza a dañar el organismo desde que se comienza a fumar.
  • El consumo de solo unos pocos cigarrillos por día también es dañino para la salud.

 

El tabaco puede agudizar varias enfermedades oculares, pero las más evidentes y frecuentes son las cataratas y la degeneración retiniana macular (DMAE). La persona fumadora acelera el envejecimiento celular en el organismo. Además, el tabaquismo puede ayudar a la aparición de enfermedades vasculares del ojo, enfermedad ocular tiroidea o sequedad ocular, entre otras.

Cannabis (marihuana y hachís)

El cannabis es una droga que se extrae de la planta Cannabis sativa, con cuya resina, hojas, tallos y flores se elaboran las drogas ilegales más consumidas en España: el hachís y la marihuana. Sus efectos sobre el cerebro son debidos principalmente a uno de sus principios activos, el Tetrahidrocannabinol o THC, que se encuentra en diferentes proporciones según el preparado utilizado:

  • Marihuana: obtenida de la trituración de flores, hojas y tallos secos.
  • Hachís: elaborado a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra.
  • Aceite de hachís: resina de hachís disuelta y concentrada.

Al consumirse por vía respiratoria mezclado con tabaco a los efectos nocivos del psicotrópico se le añaden los daños del tabaco descritos anteriormente.

Además, un estudio realizado en Francia y publicado en la revista científica JAMA Ophtalmology demostró que fumarla ocasionalmente daña la visión retardando el procesamiento de la información visual en la retina. De acuerdo a la investigación, fumar cannabis afecta directamente al sistema nervioso central y al “procesamiento de la información visual en la retina”. En esencia, se desata una “anormalidad retinal” en los fumadores a diferencia de los que no consumen marihuana.

Otros estudios han examinado los efectos vasculares de los cannabinoides en la retina, lo que resultó en una alteración del flujo sanguíneo y el calibre vascular. Otros efectos pueden ser hiperemia conjuntival, ojo seco, midriasis y fotofobia.

Por otra parte, el consumo habitual provoca una serie de daños generales orgánicos y psicológicos:

  • Favorece enfermedades como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar o el cáncer de pulmón. Además, su efecto broncodilatador potencia la absorción de sustancias tóxicas.
  • Altera el sistema cardio-circulatorio, provocando taquicardia y empeoramiento de la hipertensión o insuficiencia cardiaca.
  • Existen datos que indican un aumento de la incidencia de depresiones y psicosis por el consumo crónico de esta sustancia.
  • Provoca dificultades para estudiar, al disminuir las funciones de atención, concentración, abstracción y memoria, obstaculizando, por tanto, el aprendizaje.
  • Puede causar reacciones agudas de ansiedad y, en personas con predisposición a padecer trastornos mentales, puede provocar la aparición o agravamiento.

Cocaína

Es un alcaloide que se obtiene de las hojas de la planta de la coca. Es un estimulante muy adictivo que afecta directamente al cerebro. En el proceso de fabricación de esta droga, la cocaína se mezcla con sustancias y elementos como el talco, almidón, la cafeína u otras drogas como las anfetaminas. La forma habitual de consumo es a través de las fosas nasales, aunque también se puede fumar.

La cocaína estimula la corteza cerebral por acción inmediata en el sistema nervioso autónomo con taquicardia, aumento de la presión arterial y pupilas dilatadas (midriasis) con fotofobia. Es frecuente la inflamación e infección de los canales lagrimales por la cocaína aspirada, manifestándose con dolor y edema en la región del saco lagrimal.

Al estar mezclada con otras partículas, estas determinan granulomas pulmonares que, al ser liberados para la circulación general, llegan a la retina. Las partículas se localizan en los capilares de las capas más internas de la retina pudiendo producir una isquemia macular con la consecuente pérdida de la agudeza visual e incluso desprendimientos de la retina con sus graves consecuencias. (Hosp. Psiquiátrico de la Habana 2009, Eglis Esteban García Alcolea)