En España, el Consejo de Ministros prohibió la venta de cualquier producto sanitario sujeto a prescripción a través de portales de Internet, según el artículo 2.5 de la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, en la redacción introducida por la Ley 10/2013, de 24 de julio, situación que afecta directamente a las lentes de contacto y a otros artículos del mismo ámbito:
“Se prohíbe la venta por correspondencia y por procedimientos telemáticos de medicamentos y productos sanitarios sujetos a prescripción”.
“En materia de sanciones, por motivos de salud y seguridad se extienden a los productos sanitarios, los cosméticos y los productos de cuidado personal las distintas previsiones que la Ley ya recoge para los medicamentos. De este modo, se adoptan las garantías de defensa de la salud pública y las medidas cautelares. A su vez, se prohíbe la venta a domicilio y cualquier tipo de venta indirecta al público de productos sanitarios, así como su publicidad”.
Además, el Real Decreto 1591/2009, de 16 de octubre, por el que se regulan los productos sanitarios, establece en su artículo 27:
“b) La distribución y venta de los productos se efectuará en establecimientos que garanticen el adecuado almacenamiento y conservación de los productos.”
“c) Los establecimientos de distribución y venta estarán sometidos a la vigilancia e inspección de las autoridades sanitarias de la Comunidad Autónoma correspondiente.”
A pesar de esta prohibición y de distintas actuaciones que han llevado a cerrar más de un centenar de portales de venta ilegal de productos sanitarios durante los últimos años, se observa un aumento incontrolado de páginas que ofrecen un servicio de venta al público que aprovechan los ‘vacíos legales’ existentes en otros países, donde la ley no persigue estas prácticas.
Los profesionales de la visión denuncian que en estas páginas web se realiza la venta de productos sanitarios sin una adaptación ni control previo e individualizado por parte de un profesional cualificado.
Por su parte, las personas que compran lentes de contacto por Internet no son conscientes del riesgo que conlleva este tipo de práctica para su salud visual. Generalmente, al realizar su pedido, solo tienen presente la graduación y olvidan otros muchos factores como la película lagrimal, la superficie y topografía de la córnea, la demanda de oxígeno, la permeabilidad e hidratación del material, la laxitud palpebral, la capacidad de enfoque o la coordinación de la visión binocular, entre otros.