Adquirir lentes de contacto a través de establecimientos virtuales que operan a través de Internet puede conllevar una serie de riesgos para la salud visual. Las lentes de contacto son productos sanitarios que requieren la adaptación individualizada y un control periódico por parte de un profesional de la visión óptico-optometrista.
En este sentido, se recomienda a todos los usuarios de lentes de contacto que opten por comprar y reponer sus lentes de contacto en ópticas especializadas y homologadas con el fin de obtener una atención individualizada y personalizada y con garantías de control, almacenamiento, temperatura, registro, servicio y reclamación.
Debemos tener en cuenta que el metabolismo ocular está en continuo cambio, que modifica su forma y altera sus parámetros y características con el paso del tiempo. Por ello, estos cambios en los factores solo se pueden diagnosticar con la ayuda de un profesional de la visión.
A la hora de decantarse por adquirir sus lentes de contacto, el usuario debe tener presente que tanto lentes de contacto como líquidos y soluciones de mantenimiento están incluidas dentro del grupo de los llamados “productos sanitarios”. En España, el Consejo de Ministros prohibió la venta de cualquier producto sanitario sujeto a prescripción a través de procedimientos telemáticos, según la Ley 29/2006 de garantías y uso racional de medicamentos y productos sanitarios (art. 2.5).
Si la persona opta por hacerlo a través de Internet, no tendrá la misma certeza de la procedencia del artículo que si acude directamente a un establecimiento de óptica autorizada. En caso de incompatibilidades o hipotéticas anomalías que surjan por un uso o adaptación inadecuada entre la lentilla y el ojo, no contará con la garantía y los consejos sanitarios que podrá proporcionar el especialista óptico-optometrista.
Además, sin la adaptación adecuada, el usuario puede sufrir serios efectos en la zona ocular, como la aparición de ojos rojos, erosiones epiteliales, queratitis, conjuntivitis, sequedad ocular y falta de oxígeno, que pueden derivar en problemas más graves de infecciones o lesiones oculares.
Ya existen estudios y artículos (John Dart del Moorfields Eye Hospital de Londres) que avisan de:
- La gente adquiere lentes online para no tener que pagar por una prescripción o revisión.
- Pero, al hacerlo, cientos de personas pierden los chequeos “vitales” de los ojos.
- Los expertos creen que esto supone un riesgo de infecciones que pueden dañar los ojos.
- El número de casos de infección por Acanthamoeba corneal, una infección que puede causar ceguera, se ha duplicado desde 2010.
Por todo ello, es necesario un control estricto del producto en sí, de sus canales de venta y, por supuesto, de las condiciones visuales periódicas del usuario por parte del óptico-optometrista.