El uso continuado, excesivo o inadecuado de dispositivos electrónicos como los teléfonos móviles, portátiles, ebooks o tablets, entre otros, incide particularmente en la población infantil provocando síntomas indeseables como irritación y enrojecimiento ocular, además de migrañas, cansancio y fatiga visual, lo que podría reflejarse negativamente en el rendimiento académico.
De hecho, se trata un problema que puede afectar hasta a cuatro de cada cinco personas que trabajan de forma continuada frente a tablets u ordenadores (ver sección Síndrome Visual Informático Digital), pero que se acrecienta en edades primarias, puesto que su sistema visual aún no se ha desarrollado por completo.
No obstante, el uso moderado de las nuevas tecnologías puede incluso llegar a mejorar el rendimiento en una serie de tareas que exigen atención visual, como la identificación de objetos en movimiento, la coordinación ojo-mano, el almacenamiento temporal de información visual, así como el tiempo de reacción.
Además de un examen visual periódico por parte del Óptico-Optometrista para mitigar posibles alteraciones o disfunciones visuales es imprescindible establecer una serie de sencillos hábitos:
- Ajustar el contraste y la luminancia de las pantallas a un nivel adecuado, así como una buena iluminación general de la habitación. Una pantalla totalmente blanca no debe deslumbrar.
- Dependiendo del dispositivo también podemos encontrar una opción de ‘Brillo automático’, la cual ajustará el brillo de la pantalla dependiendo de la luz ambiente que detecte en cada momento.
- Colocar los dispositivos de forma que eviten el reflejo de luces directas, y siempre por debajo de la altura de los ojos.
- Para los ordenadores de sobremesa, la parte superior del monitor debe quedar a la altura de los ojos, sin sobrepasar en altura la cabeza del usuario. En los niños este consejo cobra especial relevancia ya que por sus estaturas suelen tener una mala situación, mirando recto o hacia arriba, tanto en las aulas como en sus hogares.
- Para los ordenadores portátiles, las tablets y los teléfonos móviles la posición normal de visualización es siempre inferior pero debemos evitar posturas inadecuadas como visualizarlas tumbados o recostados. El ángulo de visión inferior para tablets y smartphones no debe ser inferior a 35°.
- Controlar que la distancia ojo-pantalla no obligue a una excesiva acomodación del sistema visual. Se recomienda una distancia mínima equivalente a la medida desde el codo hasta los dedos para los smartphones, tablets y ordenadores portátiles (35 a 40cm) y del hombro hasta los dedos para las pantallas convencionales de sobremesa (45 a 55cm).
- El control del horario de uso es fundamental. Realizar descansos periódicos y limitar el tiempo total. No olvidemos que el desarrollo infantil está ligado a una organización lateral global (corporal, visual, auditiva, manual y podal), por lo que el exceso de sedentarismo influye negativamente en este desarrollo.
- El exceso de tiempo manejando estos dispositivos digitales puede producir astenopia. Se trata de un tipo de fatiga visual asociado a cansancio, picor y escozor de ojos e, incluso, dolores de cabeza.
- Realizar descansos frecuentes al menos cada 30 minutos de estudio, deberes o videojuegos descansando unos 5 minutos y relajando la visión de cerca, mirando de lejos.
- Existen también aplicaciones que permiten además controlar la temperatura de color que muestra la pantalla. Con esta función podemos cambiar de tonos fríos (azules y rosados) a tonos cálidos (amarillos y naranjas) para tener una percepción visual más agradable y evitar la pérdida de sueño y el insomnio debido al uso prolongado.
- Evitar utilizar formatos de letras demasiados pequeños. Podemos reducir la resolución, o aumentar el tamaño de la fuente (incluso temporalmente) para que sea más legible.
- Los usuarios de ebooks deben decantarse por los que cuenten con tecnología de tinta electrónica. Esta tecnología acerca al usuario a una experiencia similar a la del papel, a la vez que facilita la lectura y reduce el esfuerzo visual en usos prolongados.
- Los nuevos dispositivos electrónicos desprenden gran cantidad de radiación “azul-violeta” que, sin ser perjudicial en pequeñas dosis, si puede ser peligrosa para los ojos en grandes exposiciones. Penetra en los ojos a un nivel más profundo, pudiendo dañar las células de la retina. Existen filtros específicos para aplicar a las lentes oftálmicas de las gafas que bloquean parcialmente estas radiaciones.