Específicamente, durante los primeros meses de vida, para alcanzar un correcto desarrollo del sistema visual, debemos tener presente que tenemos que desarrollar en el niño tres procesos importantes en el reconocimiento visual:
- El perceptivo: Orientado a percibir todas sus características de luz y oscuridad, forma y color de los objetos.
- El asociativo: Habilidad para interpretar qué es lo que se está viendo (otorgar un significado concreto a esa percepción).
- El de motilidad ocular: Capacita al niño para percibir de forma más rápida objetos en diferentes situaciones y, sobre todo, en movimiento.
Para ello es importante:
- En las primeras semanas debe haber una prioridad: estímulos ambientales muy suaves y estables.
- Si la lactancia es artificial la toma del biberón debe ser con posición alternante: unas veces se sujetará al bebé con el brazo izquierdo para darle el biberón con el derecho y otras de forma opuesta. La llegada de los estímulos, durante los períodos de activación, debe ser simétrica.
- Poco a poco hay que brindarle la posibilidad de abrirse hacia el exterior. Los estímulos deben ser adecuados al nivel de sensibilidad. Hay que evitar que le irriten y le inestabilicen pero si es bueno activarlos con figuras y objetos de distintas formas y colores en su ámbito visual.
- Iniciar la vida en el suelo cuando sea capaz de voltear. Potenciar el volteo hacia un lado y hacia el otro.
- Estimular el arrastrado y el gateo. Es una etapa fundamental para establecer un buen proceso de binocularidad. Se potencia la relación entre los dos hemisferios cerebrales. No se logran las mismas experiencias organizativas con el culeteo, conejeo, caminadores…
- En el suelo es muy importante el juego con elementos móviles: pelota, globo, juguete mecánico que se desplaza… Con ello se estimula la visomotricidad, el mantenimiento de la fijación y el movimiento del cuerpo de forma coordinada.
- Cuando ha conquistado la bipedestación (puesta en pie) es de gran interés, para terminar de enriquecer la experiencia de los planos del espacio, que se mueva sobre superficies inestables (arena, módulos de goma-espuma…).
- Enriquecer el período de manipulación con encajes, construcciones, collares, elementos de diferentes texturas, frutas, esponjas… consolidará la coordinación ojo mano.
- Estimular la exploración exterior en el patio de recreo o en las clases de educación física permitiendo las caídas normales ocasionadas por el mal cálculo de las distancias. Se debe evitar la sobreprotección. Correr, saltar, dar volteretas, hacer el pino…
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