Ergonomía visual: Posturas y descansos


La postura que adopta una persona en el trabajo debe dirigirse a facilitarlo. Existe una interacción muy estrecha entre las capacidades fisiológicas del cuerpo y las características y los requisitos del trabajo. Una postura correcta es fundamental para evitar tanto deficiencias en la visión como problemas musculares y articulares. La postura también es la base de los movimientos precisos y de la observación visual. Muchas tareas requieren una serie de movimientos finos y hábiles y una minuciosa observación del objeto de trabajo.

Por ello, se recomienda disponer de una silla regulable y personalizada a la forma de la persona, que facilite la rigidez de la espalda en un ángulo recto y que permita que los pies toquen el suelo.
La utilización de un atril para la lectura con el objetivo de no acercar tanto la vista al papel o pantalla suele ser otro de los consejos proporcionados por el óptico-optometrista para favorecer una adecuada ergonomía visual.

Por cada intervalo de 10 a 15 minutos de actividad que requiera un importante esfuerzo relacionado con la visión de cerca, es conveniente mirar a un punto lejano. Este sencillo ejercicio permite relajar el sistema visual y disminuir la aparición de fatiga visual.

En ocasiones que se requieran estar elevadas horas en una misma postura, es aconsejable cesar la actividad en pequeños intervalos dando pequeños paseos, alzando la mirada y fijando la visión en puntos alejados, estirando espalda, cuello, brazos y piernas e hidratándose con agua.