Ante el desarrollo de películas en tres dimensiones (3D) tanto en cines como en los hogares y de las gafas de Realidad Virtual en los hogares y en determinadas profesiones, debemos tener en cuenta que no todas las personas pueden disfrutar cómodamente de esta tecnología. De hecho, existen determinados problemas visuales en la población, bastante frecuentes, que exigen una demanda visual excesiva o impiden percibir el efecto 3D, pudiendo incluso llegar a provocar enrojecimiento, fatiga visual, dolor de cabeza, confusión visual, visión doble y mareos.
La fatiga visual es una molestia ocular frecuente que se traduce en cansancio ocular, producto de un esfuerzo muscular y acomodativo sostenido. El esfuerzo ocular sostenido por mantener una visión lo más adecuada posible no puede mantenerse en forma constante por lo que, al ceder, el individuo experimenta una disminución en su visión o una confusión visual.
Pero, ¿por qué hay personas con problemas de visión 3D?
La estereopsis es la capacidad innata del ser humano que permite observar el mundo en tres dimensiones, ayuda a calcular mentalmente las distancias, situar los objetos en el espacio… Cada ojo obtiene una imagen, pero es necesario que ambos ojos estén sincronizados y, para ello, es necesario que sus músculos trabajen juntos. Esta coordinación binocular posibilita que el cerebro fusione en una sola imagen las procedentes de ambos ojos, logrando una única imagen en tres dimensiones.
Sin embargo, hay casos en los que los ojos no trabajan adecuadamente conjuntados y las imágenes no tienen una fusión completa por lo que están obligados a realizar un esfuerzo mayor para comprenderlas, fusionarlas y percibirlas correctamente. Además, esta sensación de fatiga, visión borrosa o mareos se acrecienta en personas que ya poseen una deficiencia visual que no está compensada adecuadamente (como errores refractivos, problemas acomodativos, anomalías de movimientos oculares…).
En los casos de estrabismo o ambliopía (también conocido por ojo vago) la persona no es capaz de ver en 3D, porque tampoco dispone de una visión en relieve en su vida cotidiana.
La población infantil es otro sector en el que el consumo de este tipo de tecnología afecta directamente, sobre todo en el ámbito de los videojuegos. Cada vez son más aplicaciones las que llevan incorporadas el 3D, y cada vez es menor la edad de consumo por parte de los niños.
Esto lleva implícito un problema mayor, ya que aunque a los 5 o 6 años el niño ya posee normalmente una visión estereoscópica adecuada, semejante a la de un adulto, es cierto que aún su sistema visual no se ha desarrollado por completo. En este sentido, el esfuerzo que sus ojos y su cerebro deberá hacer para ver adecuadamente las imágenes en tres dimensiones es mayor, lo que incrementaría la probabilidad de aparición de malestar general y fatiga ocular.
Para paliar o prevenir los posibles daños en la visión que videojuegos, películas o imágenes en 3D pueden provocar en la visión, es aconsejable limitar el uso de estos dispositivos estableciendo pausas para descansar los ojos. Además, se recomienda utilizarlos en habitaciones iluminadas adecuadamente, para que los ojos tengan que hacer el menor esfuerzo posible e hidratar los ojos frecuentemente para que sufran menos riesgos.
Por último, acude a tu óptico-optometrista y pídele consejo en caso de sentir algún malestar al ver contenido audiovisual en 3D, ya que es posible que exista un pequeño problema de visión binocular o refractivo desconocido hasta entonces.