Alteraciones de la presión intraocular


El ojo necesita una cierta presión interior para mantener su forma y poder funcionar adecuadamente. En un ojo normal, la presión intraocular (PIO) se mantiene constante mediante el equilibrio que existe entre la producción y eliminación de líquido en la parte anterior del ojo, denominado humor acuoso. Una eliminación poco eficaz o un aumento de la producción de humor acuoso pueden causar un aumento de la presión intraocular.

Es posible tener una presión intraocular alta sin que exista glaucoma o al contrario, ya que este está asociado también a otras alteraciones, pero con el tiempo existen muchas probabilidades de que una PIO elevada dañe el nervio óptico y provoque una pérdida irreversible de visión. Esta elevación de la presión se puede deber a un exceso de producción de líquido intraocular o, más frecuentemente, a una disminución de su eliminación.

La PIO puede ser diferente en cada ojo y se mide en milímetros de mercurio (mmHg). En general, se considera una PIO normal cuando ésta se encuentra entre un valor de 11-21 mmHg.

El óptico-optometrista, gracias a las revisiones visuales, puede detectar de una manera precoz posibles casos de PIO elevadas, incluso en niños. Como hemos dicho, si no se detecta adecuadamente, esta patología puede derivar en la pérdida completa o parcial de la visión ya que puede existir hasta un 40% de daño en el nervio óptico antes de poder detectar una pérdida de visión.