Terapia o entrenamiento visual


No es lo mismo ver bien que tener una buena visión. Generalmente identificamos el -ver bien- con tener una adecuada agudeza visual en donde podemos discriminar objetos a una determinada distancia. Sin embargo, la visión se produce tras un complejo proceso neuronal en donde se encuentran implicadas multitudes de estructuras y mecanismos óculo-musculares que, además de perseguir una adecuada discriminación, nos permiten localizar, enfocar, procesar e identificar.

Terapia visual para compensar problemas visuales
La visión no solo es “ver bien”. Se produce por un proceso neuronal con múltiples estructuras y mecanismos implicados

 

En los chequeos visuales infantiles por parte del óptico-optometrista se pueden reconocer disfunciones en ciertos mecanismos y capacidades visuales diferentes a la agudeza visual como:

    • La convergencia (capacidad oculomotora para alinear los ojos al observar objetos cercanos de forma precisa y vinculada).
    • La coordinación de movimientos oculares (capacidad de dirigir la mirada de los dos ojos a la vez hacia un objeto de forma sincronizada).
    • Y la acomodación (capacidad de enfocar objetos a cualquier distancia).

que pueden hallarse alteradas dando lugar a sintomatología de diferente índole o afectando al rendimiento o al desarrollo de ciertas actividades visuales.

Es fundamental acudir a las revisiones con el óptico-optometrista para evaluar la visión de los más pequeños y detectar posibles anomalías
Uno de los ejercicios propuestos en la terapia visual

Llegados a este punto, identificamos la “Terapia visual infantil” como el grupo de ejercicios visuales y métodos optométricos con validez diagnóstica destinados a la rehabilitación visual de estas capacidades y que deben ser específicamente planteados y  orientados para cada paciente.

También puede entrenarse, a través de la terapia, la rapidez y precisión en la percepción del movimiento, la memoria visual y la oculomotricidad.

La terapia visual posee una base neurofisiológica con evidencia científica en la rehabilitación de diferentes niveles de condiciones y capacidades visuales afectadas.

Actualmente, los estudios aportan evidencia científica principalmente en la terapia visual sobre la aplicabilidad y efectividad en el tratamiento de las siguientes disfunciones:

  • Disfunciones vergenciales:
    • Insuficiencia de convergencia (capacidad reducida de alinear los ojos al observar o leer un texto cercano).
    • Exceso de convergencia o insuficiencia de divergencia (dificultad para relajar la alineación ocular convergente después de realizar tareas visuales prolongadas de cerca). En este ámbito la efectividad de la terapia visual ha asido reportada mediante series de casos, lo que supone una evidencia científica más débil, siendo aún necesario la realización de ensayos clínicos controlados y aleatorizados.
  • Disfunciones acomodativas:
    • Insuficiencia acomodativa (capacidad reducida de enfocar objetos o textos a una distancia cercana).
    • Exceso acomodativo (profusión de enfoque al observar objetos o textos cercanos).
    • Inflexibilidad acomodativa (dificultad para cambiar el enfoque de lejos a cerca y viceversa).

     

Igualmente, la terapia visual puede ser útil también en la rehabilitación de la ambliopía, de forma complementaria al tratamiento con oclusión o penalización (parches y filtros oculares), mejorando la estimulación monocular de las funciones visuales centrales y posibilitando una reducción de los tiempos de tratamiento.

El estrabismo consiste en la pérdida de paralelismo entre ambos ojos

Actualmente se desarrollan de forma controvertida, bajo la denominación de “terapia visual”, tratamientos y ejercicios no contrastados que aseveran ser eficaces para solucionar anomalías como los problemas de aprendizaje, estrabismos o las lesiones cerebrales. Hemos de ser correctos y hacer constar que los procedimientos probados realizados como terapia visual pueden recuperar y mejorar funciones visuales oculomotoras y acomodativas, pero en ningún caso dan una solución completa a este tipo de anomalías.

Los pacientes que decidan iniciar un posible proceso terapéutico mediante ejercicios de terapia visual para la mejora y/o recuperación de determinadas capacidades visuales deben exigir un completo “consentimiento informado” y “programa de rehabilitación” en donde venga reflejado la adecuada evidencia científica de los procedimientos recomendados.

Últimamente la incorporación de aplicaciones informáticas y de la realidad virtual permiten realizar los procedimientos de terapia visual infantil de forma más controlada y con una retroalimentación informativa crucial para el profesional óptico-optometrista experto en esta materia.

Consulta a tu óptico-optometrista y déjate aconsejar.

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